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lunes, 24 de enero de 2011

La historia de la Niña Guerrera se sigue escribiendo

El libro de Laura Ramos salió en mayo (2010, Planeta), pero los cambios sociales y personales en las vidas de sus protagonistas ya lo reescribieron: Albertina Carri y Marta Dillon tuvieron un hijo y se casaron; también se casó Monserrat Heroles, la niña licenciosa. Un charter trajo desde México a su aristocrática familia para la boda. La novia de Komando, la norteamericana Carri, dejó la isla del Tigre para regresar a la Universidad de California. La ex de Montserrat volvió a Ciudad Juárez, donde sale a la calle con una 9 milímetros. Cada día, las historias de estas niñas guerreras se siguen escribiendo.

Laura Ramos escribe una columna mensual para La Nación Opinión y una página dominical para Clarín, Cuadernos privados.

La Niña Guerrera son biografías noveladas de once mujeres jóvenes lesbianas y bisexuales de diferentes partes del mundo. Algunos personajes conservan sus nombres verdaderos, como Beatríz Gimeno, Albertina Carri, Marta Dillon, Lisa Kerner, Ntombifuthi Bhagwhati, o sus nombres literarios, como Dalia Rosetti. Los relatos repasan niñez, pubertad, primeros encuentros lésbicos, salida del ropero, revoluciones, contrarrevoluciones, novias, parejas, hijos.

LAS HISTORIAS

Durante un cóctel de diplomáticos italianos la hijita de un funcionario encuentra a su madre besándose con la esposa del encargado de negocios portugués; una joven de la mlazi sudafricana afronta los golpes de su novia, una comandante sadomasoquista; un intento de asesinato a una pareja lesbiana en Ciudad Juárez; dos púberes argentinas se acarician debajo del mantel de la mesa familiar; los hombres de la casbah marroquí se masturban ante una niña europea de doce años que camina todas las mañanas hacia el Liceo Francés. Una adolescente mexicana baila con sus amigas, vestida sólo con bombacha, en el borde de una piscina; a los cuatro años, luego de la desaparición de sus padres, Albertina Carri galopa por el campo vestida de gauchita; a los dieciséis, acusada de díscola e ingobernable, Marta Dillon es enviada por su madrastra a un pensionado suizo; “mi mamá es lesbiana”, anuncia el hijo de Beatriz Gimeno a sus maestras, maestros y compañeros de escuela, durante la primaria. La Komando, una chica punk con barba tatuada, seis cuernos de silicona incrustados en la frente y el cuerpo quemado con chapas se une a una comunidad secreta de freaks asentada en el Tigre.

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En Twitter: @laniniaGuerrera

domingo, 16 de enero de 2011

Entrevista a Laura Ramos

Las nenas con las nenas: entrevista a Laura Ramos por Marina Litjmaer del blog De Boca en Boca.
Dos domingos atrás publiqué un post sobre mi primer acercamiento a La Niña Guerrera, de Laura Ramos. Hoy publico una entrevista que le hice a Laura donde hablamos, entre otras cosas, de su nuevo libro. Qué la disfruten.

1. ¿Qué es lo que tienen en común las once historias que componen La Niña Guerrera, que no tienen las historias que quedaron fuera del libro?

Que me dieron un material dramático de una densidad tal que por sí mismo constituía una narrativa. Cada historia contada es una gran omisión. Tuve que recortar, bajar el tono, omitir escenas que podían no ser creídas. La frase de Truman Capote “Sólo escribí la mitad de lo que vi” podría ser aplicada también aquí. Los hechos eran muchísimo más desmesurados que los que relaté. Pero por razones políticas, porque no quería que las historias fueran manipuladas políticamente contra la identidad lesbiana, tuve que cortar escenas (de violencia sexual, fundamentalmente). No quería confirmar clishés, aunque las historias reales parecían empecinadas en hacerlo.

2. ¿Por qué pensás que a las sociedades les sigue costando integrar a la mujer homosexual cuando los gays varones dejaron de ser políticamente incorrectos y hasta están de moda en la tele y los medios? ¿Es una muestra de que el machismo sigue vigente?

Creo que el hecho de que los gays estén de moda en la televisión y en los medios no quiere decir que la sociedad los integre verdaderamente. En ese punto creo que el mundo queer sigue siendo algo imposible de digerir. Que la industria del consumo y la moda los utilice no logra ocultar una imposibilidad íntima y real.

3. Siempre me llamó la atención ese vínculo especial que se produce entre mujeres lesbianas, que va más allá de la identificación y que no se da ni en parejas heterosexuales ni entre homosexuales varones. Una mezcla de afecto y erotismo, de instinto maternal y sexual que construye un escudo indestructible. ¿Por qué creés que esto es así? ¿Creés que ese escudo puede influir en la falta de integración de la que hablábamos antes?

Me parece, de un modo completamente salvaje e irracional, sólo por el hecho de haber escuchado tantas historias, que ese vínculo de alguna manera muy privada e inconsciente tiene que ver con la madre, el ser mujer, la lactancia, el útero y toda una serie de órganos que la ciencia estudia con ahínco y que a mí me inspiran una mezcla de aprensión y rechazo.

4. ¿Recibiste comentarios de las mujeres que protagonizan las historias luego de la publicación del libro? ¿Creés que el hecho de haberle dado forma a sus historias puede haber contribuido a que se sientan más cómodas consigo mismas?

Lisa Kerner, heroína del capítulo La niña grillo, es también el personaje que aparece en el prólogo del libro (mi propia historia: La niña mentirosa). Cuando presentamos La niña guerrera en la Feria del Libro Lisa llevó a sus dos padres. Me los presentó, los saludé, les dediqué libros, y sentí que de alguna manera estábamos haciendo una especie de presentación oficial que aludía a la condición sexual de Lisa. Digo oficial porque la personal ya sucedió hace mucho tiempo. En el caso de Lisa sus padres son completamente “pro”, la apoyaron siempre y su salida del ropero fue muy amigable (y muy cómica, por cierto). Pero el hecho de que una editorial importante hubiera editado un libro contando su vida, que este libro fuera presentado en una institución oficial como la Feria del Libro, el carácter multitudinario de la Feria, la presencia de periodistas, fotógrafos, todo eso, creo, le otorgaba un tinte “oficial” que parecía rubricar algo. Como si estuviéramos cumpliendo, en otros términos, la función que en algunos casos cumple el casamiento igualitario, supongo.

5. En otra entrevista dijiste “Se trata de un libro político porque la elección sexual es un hecho político, pero yo quería hacer una narrativa”. ¿En algún momento evaluaste publicar estas historias bajo un género estrictamente periodístico o incluso como entrevistas? ¿Qué creés que le aporta a las historias, más allá del estilo y lo estrictamente literario, el hecho de que sean atravesadas por la mirada del escritor y moldeadas por la ficción?

Oh, tal vez las destruye como historias de vida estrictamente. Yo no creo haber aportado nada a las historias verdaderas. Las historias verdaderas me aportaron a mí. Son historias fabulosas, aventureras, dramáticas, heroicas, que operaron como un combustible infernal para escribir. Creo que no fueron tan atravesadas por mi mirada como escritora y moldeadas por la ficción. Más bien, por el tipo de trabajo conjunto que hice con las protagonistas, me parece que ellas tomaron sus historias personales y las atravesaron por su propia mirada retrospectiva para, junto a mí, moldear esas historias y construir una ficción. Yo tomé las voces de ellas. Ése fue mi trabajo.

6. Cuando decís que Alan Pauls te enseñó que hay que dejar escenas en la sombra para que otras sean visibles ¿Te costó alejarte afectivamente de las historias para poder ver claramente qué tenía que ser iluminado y qué no? ¿Cómo lo lograste?

Dejé los textos. Dejé de leerlos por unas semanas, imprimí y volví a leer (esa táctica me la enseñó mi padre hace mucho). Yo había elegido una sequedad deliberada, porque las historias tenían tantos tiros y asesinatos y violaciones y monjas y hombres lascivos que me pareció necesario adoptar un tono completamente ascético y sin énfasis. Pero Alan Pauls, al leerlo, detectó que esa sequedad daba “luz de sala”, le quitaba dramatismo. De modo que volví sobre mis pasos e incorporé puntos aparte, dobles espacios entre un párrafo y el siguiente, corté capítulos, es decir: puse luces íntimas que iluminaran las situaciones más tensas o emotivas para resaltarlas (trabajo inverso al inicial).

7. Docu-ficción, non-fiction, biografía novelada… ¿Por qué creés que el público siente una especial atracción por estos géneros híbridos? ¿Es simplemente una moda o un tipo de narración que se está instalando en el cine, la literatura y el periodismo?

Me parece que siempre se experimentó con la escritura, no? El gótico, el romanticismo, el realismo, el nouvelleroman, el realismo mágico. Ahora experimentamos con los géneros, como se hace en el arte conceptual también. Me parece muy interesante cualquier experimentación. Yo misma estoy escribiendo ahora textos periodísticos que incorporan una narrativa autobiográfica. Es un esfuerzo, es un trabajo, pero es interesante. Si me dejara llevar por mi propio gusto, escribiría folletines lo más parecidos posibles a los folletines del siglo XIX, que es mi literatura favorita.

jueves, 13 de enero de 2011

Bajate un capítulo de La Niña Guerrera


Podes leer la historia de vida de La Niña Gaucha, la cineasta argentina Albertina Carri. Entra acá.

Editorial Planeta. La Niña Guerrera y otras historias, Laura Ramos.

La Niña Guerrera en Rolling Stone

12.01.2011 |

La niña guerrera, de Laura Ramos, salió en mayo (2010, Planeta), pero los cambios sociales y personales en las vidas de sus protagonistas ya lo reescribieron: Albertina Carri y Marta Dillon tuvieron un hijo y se casaron; también se casó Monserrat Heroles, la niña licenciosa. Un charter trajo desde México a su aristocrática familia para la boda. La novia de Komando, la norteamericana Carri, dejó la isla del Tigre para regresar a la Universidad de California. La ex de Montserrat volvió a Ciudad Juárez, donde sale a la calle con una 9 milímetros. Cada día, las historias de estas niñas guerreras se siguen escribiendo.

Laura Ramos escribe una columna mensual para La Nación Opinión y una página dominical para Clarín, Cuadernos privados.

La Niña Guerrera son biografías noveladas de once mujeres jóvenes lesbianas y bisexuales de diferentes partes del mundo. Algunos personajes conservan sus nombres verdaderos, como Beatríz Gimeno, Albertina Carri, Marta Dillon, Lisa Kerner, Ntombifuthi Bhagwhati, o sus nombres literarios, como Dalia Rosetti. Los relatos repasan niñez, pubertad, primeros encuentros lésbicos, salida del ropero, revoluciones, contrarrevoluciones, novias, parejas, hijos.

jueves, 6 de enero de 2011

“LA NIÑA GUERRERA”, HISTORIAS DE MUJERES LESBIANAS Y BISEXUALES

Reseña del libro de Laura Ramos por la periodista Laura Gilardenghi para ABC Cultural
"Laura Ramos es escritora, periodista, y su último libro narra historias de mujeres de diferentes partes del mundo, chicas lesbianas y bisexuales que a medida que el texto avanza, uno va conociendo en forma íntima, cotidiana y sentimental. “La Niña Guerrera”, editado en 2010 por Planeta, plasma una escritura coloquial, agradable e interesante, invitando al lector a querer indagar aún más en estas once vidas sumamente variadas.

Estas biografías noveladas cuentan la niñez, revoluciones de la adolescencia, los primeros encuentros homosexuales, y fundamentalmente los cambios internos que van viviendo estas niñas, desde la aceptación hasta las vivencias más extremas y pasionales.

“Esta vez no tenía miedo, deseaba tener experiencias con chicas desde tiempo atrás y aunque no sabía qué iría a suceder se apretó a Rose con los ojos cerrados. Ella la besó con besos casi tímidos y Dalia se sorprendió al descubrir sus labios tan pequeños. Le devolvió los besos con cautela, atenta a los movimientos de Rose, que seguía por su cuello y sus hombros hasta los pechos, donde experimentó un placer tan agudo que le disparó una reacción en cadena”, expresa la escritora en La niña virgen.

En La niña libertina, Montserrat descubre que no estaba sola en el mundo: “Lo que ella llama su revelación se produjo cierta vez que su hermano estaba mirando el documental A la cama con Madonna. Cuando escuchó que Madonna tuvo amoríos con una chica se dijo: ‘¡Qué bueno, yo soy de ahí!’. No sabía que existía el lesbianismo; su gusto por las chicas le parecía un regalo, un obsequio que sólo le daba placer, y le alegró muchísimo saber que a alguien más le pasaba lo mismo”.

En el caso de Lisa, La niña grillo, el descubrimiento pasó por otro lado: “Hasta la primera noche en que fue con sus amigos a Bunker nunca había conocido a alguien gay, y por eso fue tan inmenso su asombro y su deleite al correr la cortina de terciopelo que separaba el hall de entrada del salón principal y ver lo que sucedía allí adentro. La visión fue tan emocionante y arrebatadora que se olvidó de sí misma: unos chicos con pelucas bailaban sobre los parlantes, unas chicas se besaban, otras dos bailaban juntas abrazadas”.

“Se había enamorado de una compañera de grupo. Nunca le había sucedido y el impacto fue fulminante. No sólo dejó al niño. Se fue sin dinero, sin ropa, sin libros; cedió la casa a su pareja por culpa, y luego se arrepintió. Ya llevaba un tiempo pensando en la separación pero no se lo había contado a nadie, y por las mañanas miraba los avisos de departamentos en alquiler sin un propósito fijo; el día en que encontró uno que podía pagar salió de su trabajo a la hora del almuerzo, lo alquiló y llamó a Pepe. El hecho le parecía ridículo, pero lo cierto fue que tomó la decisión al encontrar ese departamento tan barato cerca de su empleo. Unos días más tarde le dijo a su padre: -Me he hecho lesbiana. -Era lo menos que podíamos esperar de ti: lo más raro, Beatriz. Su madre le contestó: -Hija, con tal de que te quieran, con que te quieran bien, vale”, cuenta la historia de una española en La niña terrible.

La sensibilidad con que Ramos plasma las historias sale a la luz en cada una de ellas, es el hilo conductor que lleva a resaltar las diversas emociones y los estados que atraviesan estas guerreras, fortalecidas y paradas ante un mundo que cada vez más, invita a los seres humanos a no esconderse, a mostrarse tal cual son y a contar sus vidas a través de escritores interesados en compartirlas con el mundo".

Para más información sobre el libro, ingresar en
www.lauraramosescritora.com/la_nina_guerrera.html

Nota por Laura Gilardenghi. laurag@abccultural.com.ar

domingo, 2 de enero de 2011

Entrevista a Laura Ramos

María Agustina Melchiori, de Cine y Medios entrevistó a Laura Ramos, por La Niña Guerrera y otras historias reales:





Entrevista a Laura Ramos, autora de "La Niña Guerrera"
"YO QUERÍA QUE CADA HISTORIA FUERA UNA PEQUEÑA NOVELA REAL"

Despedimos el año con la publicación de esta pequeña entrevista que le hicimos a Laura Ramos, periodista y escritora, cuyo libro "La niña guerrera" está entre nuestros recomendados del 2010. Once historias de vida donde el factor común es el ansia de vivir como uno elige, aferrándose a los afectos y afrontando a un mundo a veces hostil, a veces comprensivo, pero casi siempre inquieto frente a la diferencia.

Cine y Medios: ¿Cuál fue el punto de partida para "La niña guerrera"? ¿Cuándo surge la idea en tu cabeza?
Laura Ramos: En el año 2003. Me interesó como tribu urbana, la de las chicas lesbianas jóvenes. Cuando empecé a hacer las primeras entrevistas me encontré con una narrativa de chicas que superaban la categoría lesbiana. En un plano inicial parecían chicas lindas, modernas o frívolas. En las sucesivas capas de sus historias me encontré con tragedias, dramas y comedias. Creía que estaba haciendo Sex and the city y me encontré con Shakespeare.

C&M: ¿Cuánto tiempo le dedicaste al libro en total, desde su génesis hasta su publicación?
LR: ¡Seis años! Cada mes que pasaba, cuando creía que el libro estaba terminado, aparecían chicas más y más interesantes. Una hija de diplomáticos que se crió en Marruecos, una chica africana que se enamoró de una comandante del ejército sadomasoquista, hijas de revolucionarios de los setentas…

C&M: ¿Cuál fue el criterio para elegir las historias que conforman el libro?
LR: La intensidad, la verdad, el dramatismo y el humor. Cuando se conjugaba todo eso, la historia entraba. Dejé mil historias afuera: algunas eran tan dramáticas que parecían un informe de la ONU, otras carecían de profundidad. Yo quería que cada historia fuera una novela, una pequeña novela real. Se trata de un libro político porque la elección sexual es un hecho político, pero yo quería hacer una narrativa…

C&M: Por lo que has aclarado, se trata de un trabajo conjunto con un equipo realizando entrevistas en diferentes países para conseguir cada una de las historias. ¿Cuál es la dinámica de este tipo de trabajo, cómo la coordinaste?
LR: Trabajé con seis amigas y un amigo. Una escritora italiana, Stefania Fumo, a la que yo llamo la princesa trash, que no es gay y vivió en buenos Aires un par de años (en San telmo, donde adoptó varios perros y gatos), entrevistó a la chica italiana que se crió en Marruecos (es su amiga íntima). Otra amiga argentina se fue un año a vivir a Alemania y allí entrevistó a varias chicas (sólo quedó una en el libro). Las otras eran amigas de amigas, algún amigo, que viajaba y me traía entrevistas. Después yo hice un solo viaje y volví a entrevistar a todas las que fueron elegidas.

C&M: Teniendo en cuenta la densidad y complejidad de las historias y temas que aborda, ¿Le asignarías a tu trabajo un valor extra-periodístico o extra-literario?
LR: Creo que el valor agregado está en el prólogo, donde cuento quién escribió este libro y desde dónde está escrito (y por qué lo hice): mi infancia entre feministas, mis padres bohemios, la literatura feminista y lesbiana que circulaba en mi casa y, finalmente, la historia cómica y siniestra en la que traté de engañar a las amigas de mi madre.

C&M: ¿Cuál fue la historia que más te movilizó en lo personal? Y si tuviste algún feedback de lectores, ¿Cuál creés que ha sido o puede ser la más movilizante para otros?
LR: La narración de las infancias de las chicas se escribió sola. La de Dalia Rosetti (la virgen prostibularia), la de Lisa, la rubiecita de la Boca que se agarraba de la mano de su primera novia por debajo del mantel del comedor de su casa, la de Albertina Carri en el campo, la infancia revolucionaria de Marta en las citas tabicadas, en las huidas en auto con su mamá: todas esas infancias me capturaron, me deleitaron e hicieron que valiera la pena el trabajo infernal que me costó el resto. Pero la que más impacta es la de Marta Dillon. Los lectores flashean con la mezcla de política, sexo, drogas, virus y problemas de género que plantea.



Post sobre La Niña Guerrera

Los bloggers siguen comentando La Niña Guerrera... ¿Qué dice Cap. Intriga de Son Cosas Mías?

"Hace algunos días recibí “La Niña Guerrera” de Editorial Planeta (hay o hubo un banner a su derecha, señora) y ya casi lo terminé. Se trata de la reedición del libro de Laura Ramos en el que retrata la vida de once jóvenes lesbianas (o bisexuales), todas muy diferentes entre sí.

Para mí Ramos es un ser casi mitológico, porque cuando vivía en Costa Esperanza y era adolescentes sus columnas en el Sí! llenaban mi mundo fantástico de lo que creía que era la noche y la vida porteña, con Fito, Fabi & Charly tocando en bares, riéndose y tomando cosas raras. Cuando Papá Intriga me regaló el libro que compilaba “Buenos Aires me mata” lo leí varias veces.

Esa pluma rápida pero que se detiene en los detalles está en “La Niña Guerrera”, con historias de gente más o menos conocida como Albertina Carri, Marta Dillon o Dalia Rosetti (una de mis autoras favoritas). De las dos primeras seguramente hayan escuchado mucho. Su peculiar historia de amor -ambas con una infancia marcada por las atrocidades de la Dictadura- se completó hace algún tiempo con Furio, el hijo que tuvieron con ayuda de Alejandro Ross (el que diseñó la tapa de todos los discos que te gustan). Marta es la directora de Las 12 y el SOY en P/12, además de creadora de la columna Convivir Con Virus, y Albertina es la directora de “Los rubios” y hoy están casadas gracias a la Ley de Matrimonio Igualitario.

Sin embargo la historia que más me atrapó fue la de Lisa Kerner, “la niña grillo”, a quien conozco por ser una de las fundadoras de Casa Brandon. Allí hice El Mundial de Alfajores, La Batalla de las Meriendas y El ABC de Peluquerías; y si bien charlé con ella miles de veces nunca supe cómo fue su infancia y adolescencia. No les spoileo nada, pero tiene una vida muy interesante para descubrir.

Si andan buscando una lectura entretenida pero que también los transporte a nuevas vidas y situaciones que creían muy lejanas pero que están muy cerca, les recomiendo “La Niña Guerrera”. La edición, además, es muy linda y está muy bien cuidada. El libro tiene su página en Facebook, su cuenta en Twitter y su web oficial".